jueves, 17 de enero de 2013


Una probabilidad entre un millón

Lo improbable puede suceder y en ocasiones sucede, es así,  hay gente a la que le toca la lotería, es improbable, pero lo cierto es que el hecho de intentarlo lo hace posible en algún caso. ¿merece la pena perseguir lo deseado aunque sea improbable? Esa es la pregunta que hemos de hacernos antes de  aventurarnos a perseguir un sueño, que a priori, se antoja lejano en el horizonte, lejos de nuestro más inmediato margen de maniobra, algo que no es alcanzable con los medios de los que disponemos o podemos disponer en el entorno en el que nos movemos o en nuestros contextos más familiares. A menudo, disponerse a hacer realidad un sueño es un  pulso a lo improbable, es retar las estadísticas y la racionalidad para aventurarse a lo desconocido siguiendo los impulsos del corazón más que de la razón. Más allá de todas las connotaciones románticas asociadas a la realización de nuestros más íntimos anhelos, lo que existe  detrás de una historia con final feliz es trabajo, es un método, es un acto de compromiso con uno mismo basado en al menos las siguientes premisas:

-          ¡Esto es lo que quiero! Saberlo con la mente y con el corazón. Es un “darse cuenta” de lo que tiene sentido para nosotros. No llega por casualidad, hay que vencer la inercia a seguir el camino marcado, reflexionar, dudar, decidirse…

-          Yo sólo no puedo. Buscar apoyo, ayuda, consejo… no tener miedo a preguntar, aceptar las respuestas a las que te enfrentarás. Siempre hay quien sabe más que tú, ha vivido o ha pasado por lo mismo, es experto en la materia… déjate ayudar, la travesía será más fácil.


-          Tengo dudas, tengo miedo. Es normal! No se trata de convertirse en un superhéroe para ver cumplido un sueño, para lograr cambiar las cosas… no es malo tener miedo (es humano, es necesario, pero no debe paralizarte), tener dudas (aprovecha estos momentos para revisar tu sueño, lo que decidiste perseguir y aférrate a lo que quieres). En cualquier caso, tienes todo el derecho a cambiar de opinión o a decidir no seguir.

-          Disciplina, habilidades, hábitos… No es fácil! Lograr un objetivo, un sueño requiere grande dosis de esfuerzo y trabajar e insistir. ¡No existen baritas mágicas ni genios de la lámpara! Toca trabajar todos los días y sortear obstáculos.

-          Lo logré vs no lo logré. Ambos finales  pueden ser ciertos. Tú decidiste hacer una apuesta  y ganaste o perdiste, lo cierto es que habrás aprendido  muchas cosas, y en ningún caso vuelves al punto de partida inicial.

Si tienes un sueño y hay una probabilidad entre un millón de que ocurra ¿Por qué no lo vas a intentar?

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