martes, 5 de marzo de 2013




LOS OTROS “SOBRES”

Hace un par de días publiqué un post en facebook que ha generado cierta diferencia de criterios con una persona de mi red de contactos y, a la vez, me ha servido para realizar una reflexión e inspirar las líneas que siguen a continuación.

Hoy quiero reflexionar sobre otro tipo de “sobres”; los y las sobre-cualificados, sobre-formados e incluso sobre-experimentados que en un entorno que hace tiempo les dejó fuera del mercado de trabajo ven con incredulidad y grandes dosis de desconcierto como precisamente esa cualidad  que fue tan valorada en otros tiempos  es hoy un hándicap para encontrar nuevas oportunidades laborales.

Entonces, ¿cómo podemos defender la importancia de la formación, la imperiosa necesidad de estar permanentemente actualizados, de ser siempre “alumnos” para seguir desarrollando nuestro talento, y a la vez, escuchar en más de una entrevista de trabajo que “… genial, pero estás muy por encima de nuestras expectativas… seguro que querrá cobrar mucho… se irá en cuento encuentre otra cosa… le “sobra” experiencia… demasiada formación…”?  Lo más llamativo es que ante esto muchos candidatos empiezan a adelgazar su CVs, obviando datos, suprimiendo experiencias, en definitiva, devaluando su propio valor para acceder a un empleo.

Sin datos estadísticos en los que basarme, pues el estudio al que yo aludí en el post de facebook si arrojaba datos a favor de que los estudios de postgrado correlacionaban con salarios más altos, pero no dispongo de datos sobre lo que cito en el párrafo anterior. Sin embargo, es cierto que muchos candidatos lo comentan en las entrevistas que mantienen conmigo, y a la vez, también se lo he oído decir a ese empresario o empresaria que quiere contratar un nuevo profesional.

En mi opinión esta especie de encrucijada en la que nos encontramos actualmente solamente tiene una solución y ésta se llama FLEXIBILIDAD, pero flexibilidad por ambas partes.

Los empleadores han de ser conscientes que en este nuevo paradigma apostar por el talento es garantía de éxito, superar el cortoplacismo de pensar si ese alguien se irá, si querrá ganar más (¿y el salario emocional?, ¿y el desarrollo de la carrera profesional?), pensar que ese talento puede ser el impulso que nuestra empresa necesita aquí y ahora pero además proyectarse hacia el futuro gracias a contar con gente muy preparada (ya no sobre-cualificada).

Por otra parte, el candidato también ha de entender y conocer el entorno y como el cambio de paradigma impone desarrollos profesionales no siempre lineales en sentido ascendente, sino de recorridos más horizontales, por proyectos más cortos en el tiempo y mucho más versátiles en sus tareas, etc, pues  como dice Joaquín Lorente en su obra Tu Puedes “… NO HAY MAYOR AISLANTE DE LA REALIDAD QUE UN TÍTULO UNIVERSITARIO MAL DIGERIDO…”. Cualquier oportunidad laboral puede ser la puerta de entrada a un proyecto que nos permita desarrollar  habilidades y competencias que a buen seguro nos ayudarán a evolucionar personal y profesionalmente.

Sólo desde posturas flexibles y abiertas unos y otros pueden encontrarse, entenderse, aunar intereses y superar esta aparente contradicción.